Familia Marillac
Estilo de vida de las Hijas e Hijos de Santa Luisa de Marillac en el Espíritu Santo
La Hija e Hijo de Santa Luisa de Marillac aprenderá que el centro de la misión de Jesucristo y de todos los cristianos es el anuncio del reino de Dios”, que se concreta “cuando Dios vive en nosotros y nosotros llevamos a Dios al mundo.”
La Hija e Hijo de Santa Luisa
de Marillac debe vivir con un espíritu más evangélico, más eclesial y más
apostólico; para presentar al mundo el rostro auténtico y vivificante de Cristo.
La espiritualidad proporciona
a la persona la forma y las motivaciones por las que una persona consagrada
vive los elementos esenciales de la consagración. Y vivir la humildad, la
sencillez y la Caridad es ser Hija e Hijo de Santa Luisa de Marillac.
Con nuestro sí, las
Hijas e Hijos de Santa Luisa de Marillac hemos respondido a la invitación que
el Amor nos ha hecho a vivir del amor y para el amor. Una de las notas que han
caracterizado la vida de las Hijas e Hijos de Santa Luisa de Marillac ha sido la
búsqueda de una auténtica experiencia de Dios, que es como un nuevo nombre de
la contemplación
Otro: Si queremos realizarnos
en nuestra vida, si queremos darle pleno sentido a nuestro ser y a nuestro
existir, debemos vivir intensamente y en plenitud la vocación a la que hemos
sido llamados.
La Hija e Hijo de Santa Luisa
de Marillac es esa mujer ese hombre, que se esfuerza cada día por realizar
aquello que falta: “vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un
tesoro en el cielo. Luego, ven y sígueme”. (Lc 18, 22)
La Providencia sabiamente
dispone la formación familiar y social de los candidatos, destinados a la vida
consagrada como Hija e Hijo de Santa Luisa de Marillac
La consagración en las Hijas e
Hijos de Santa Luisa de Marillac es: carismática y dinámica. Sin esperanza la
Hija e Hijo de Santa Luisa de Marillac no puede entender la identidad de la
vida consagrada y su quehacer en el mundo.
La Hija e Hijo de Santa Luisa
de Marillac no le pide a nadie que renuncie a su propia cultura, sino que se
deje penetrar del carisma, para que con la cultura que haya recibido, exprese
el carisma a otro:
Las Hijas e Hijos de Santa Luisa de Marillac no anteponen
nada al amor de Cristo. La persona consagrada es aquella que pertenece al
Señor.
Lo primero que debe hacer la
Hija e Hijo de Santa Luisa de Marillac para recuperar su capacidad de
contemplación y de asombro y así vivir más de cara a lo espiritual que a lo
natural, es darse tiempos para la contemplación y la oración.
La Hija e Hijo de Santa Luisa
de Marillac debe observarse la necesaria discreción en el uso de los medios de
comunicación social, y se evitará lo que pueda ser nocivo para la propia
vocación a las Hijas e Hijos de Santa Luisa de Marillac les corresponde una
tarea específica en este campo, pues están llamados a introducir en el
horizonte educativo el testimonio radical de los bienes del Reino,
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